Esta noche seguro que voy volver a soñar con la casa donde viví los primeros 20 años de mi vida. El numero 34. Fue esta tarde que volví allí pasados muchos años. Me emocioné. Me di cuenta que tal como yo las arrugas están llegando también mi calle pero con más violencia, se siente que el tiempo no ha sido generoso con ella. Todo el barrio está envejecido, olvidado. Los edificios de habitación donde moraban mis vecinos fueron destruidos para volver a construir algo que está olvidado. Llevaron los habitantes para otras zonas, familias enteras desestructuradas. Y ahora que se encuentra por allí? Montones de piedras, escombros...
Todo esto se pasa en Lisboa cerca del Puente 25 de Abril muy cerca del Tajo, muy cerca de todo y tan lejos de lo bello de mi ciudad.
el pasado no siempre es justo ni como uno lo recordaba. La casa donde nací ya no existe, esa es la realidad del pasado, y quizás ninguna casa del pasado existe, al menos como la recordamos.
ResponderEliminarEL HOMBRE DEL CAFÉ