Estaba bajando las escaleras entre la Rua do Carmo con la Rua do
Ouro y cuando miro a la izquierda, para la cola del ascensor de Santa Justa, allí estaba el “Hombre del
Café”.
Nos quedamos charlando hasta que él me invitó a tomar algo y me dijo
para escoger donde. Yo ya había escogido porque era para allá que yo me dirigía,
o sea el Terreiro do Paço (Praça do Comercio).
Cuando llegamos empezamos a mirar las terrazas del lado derecho, del lado izquierdo y los dos acordamos que nos
quedaríamos del lado derecho porque había sombra y no se sentía tanto el calor de aquel final de tarde.
De seguida llegó el “garçon” y mi amigo “El Hombre del Café” le pidió que
trajera la carta de los vinos…
un agradable encuentro, o reencuentro, aunque no hace falta que lo cuentes todo.
ResponderEliminarun abrazo...
EL HOMBRE DEL CAFÉ