A pesar de la lluvia yo he salido
a tomar un café. Estoy sentado
bajo el toldo tirante y empapado
de este viejo Tortoni, conocido.
¡Cuántas veces, oh padre, habrás venido
de tus graves negocios fatigado,
a fumar un habano perfumado
y a jugar el tresillo consabido!
Melancólico, pobre, descubierto,
tu hijo te repite, padre muerto.
Suena la lluvia, núblanse mis ojos,
sale del subterráneo alguna gente,
pregona diarios una voz doliente,
ruedan los grandes autobuses rojos.
BALDOMERO FERNÁNDEZ MORENO
aún quedan sitios así?
ResponderEliminarEL HOMBRE DEL CAFÉ
A escolha da imagem para cabeçalho do blogue não podia ser melhor. Giríssma! :-)
ResponderEliminarYo también me hago la misma pregunta: ¿existen esos sitios?
ResponderEliminarUn abrazo
mi Buenos Aires queridos...
ResponderEliminarsí que existen, ese bar es un testigo viviente de muchas buenosaires, aunque la retórica pareciera ser la misma, en torno a sus mesas aún se habla de cambiar el mundo
saludos para todos