Fue una bolsa donde decía "Pasteis de Belém" que uno de estos días me despertó la curiosidad de un hombre ya un poco mayor que estaba en el camino mirando para todo el lado como si estuviera perdido.
Yo pasé con mi Freddy pero después pensé mejor y volví hacia atrás y le pregunté si andaba perdido a lo que él me contestó que sí, un poco. Entonces me contó que hace 30 años que no venía aquí y todo estaba diferente. Le fui hablando para ver cómo estaba su mente y me pareció que estaba bien, pero un poco cansado. Que estaba esperando la llegada de un taxi porque las amigas que lo habían invitado y a quién él ya había llamado, le han dicho para no salir de allí que pronto llegaría un taxi para buscarlo. De seguida le pregunté cual era la morada y oí con asombro que era el edificio donde yo vivo y por lo tanto las amigas eran vecinas mías. Mientras tanto llegó el taxi y yo le dije que era mejor pagar al taxi y dejarlo ir porque la avenida quedaba a dos pasos. Claro que todo eso nos provocó risa y de allí a dos minutos ya el señor entró en casa de mis vecinas y yo seguí subiendo en el ascensor.
Todo esto porque
yo vi la bolsa de los "Pasteis de Belém" en su mano y la confitería
que los hace y vende queda lejos de aquí.
¿Cómo acabó la historia?
ResponderEliminarComo acabó?? No leíste??? El hombre se quedó en la casa de las amigas y yo subí en el ascensor hasta mi piso o sea 9 pisos más.
EliminarMe gustaria decir que el hombre me dió el paquete de los pasteles como recompensa pero no, los entregó a sus amigas loquitas de remate que en vez de iren a buscar a su amigo, antes envió un taxi que el pobre tuvo que pagar 5 euros jajajajaja.
,abrazos miles
ResponderEliminar