Fiona Graham, conocida en Japón
por el nombre de Sayuki, dijo
haber pedido a la Asociación de las Geishas de
Asakusa en un barrio de Tóquio, para establecerse por cuenta propia, una vez que la “matriarca”
de su casa estaba demasiado enferma para poder seguir trabajando.
El pedido le fue denegado con la justificación de que “no podría ser
titular porque era extranjera”, declaró al periódico The Australian. Mas a
pesar de la rehúsa, Fiona Graham, que se
inició en esta arte de seducción en 2007, recibió “apoyos de muchos clientes
japoneses” y no “irá renunciar “al arte milenario.
"Convertirme la primera geisha de raza blanca ha sido la cosa más
difícil que he hecho”, explico Fiona Graham, que fue para Japón con 15 años, al
abrigo de un programa de intercambio escolar antes de proseguir los estudios
universitarios, incluyendo un doctoramiento, en Oxford, en Reino Unido.
En Japón las geishas son por norma, concubinas de luxo, reservadas a
una clientela muy exigente, dedicando sus vidas a la práctica de las artes de
seducción tradicionales japonesas.
Cuando estaba leyendo esta noticia me quedé un poco admirada porque
desconocía que las geishas eran concubinas.
Yo las veo como unas muñequitas de porcelana. Mi amiga Ana ya estuvo en Japón hace unos
años y mientras tomábamos nuestro café
estuvo contando algunas historias sobre las geishas.
Os oki-ya son las casas donde viven las geishas
comandadas por mujeres ya con experiencia, las okami-san. Ellas casi
siempre ingresan en el grupo haciendo trabajos domésticos como la limpieza de
las casas, cuidan de la ropa para después empezar un rigoroso entrenamiento que
envuelve el aprendizaje de las artes, de
la danza, pintura, caligrafía, música, etiqueta, interpretación teatral, todo
llevado en busca de la perfección.
Ellas
trabajan mucho y estudian mucho, siempre con la intención de mantener la apariencia
alegre y saludable.
El “Hombre del Café” estaba en la mesa al lado y estaba oyendo nuestra
conversación y asintiendo con la cabeza.
A él le gustan mucho las tradiciones orientales, la poesía, la pintura… Le iba
a preguntar si él ya había estado en Japón pero lo llamaron al teléfono.
Cuando iba de regreso a mi casa iba pensando que casi siempre que
estoy en el Café aprendo algo nuevo.
Un mundo increíble para nosotros, occidentales, este de las geishas.
ResponderEliminarVeo que incluyes un vídeo de "Memorias de una geisha". Si no has leído la novela de Arthur Golden o visto la película, te los recomiendo muy mucho.
Besos, bella Flor.
si he estado, pero como si no, anduve en un polígono Industrial una semana para conocer un tipo de registradora. En cuando a la noticia, bueno! aqui tenemos la putas de fuera y ellos quieren las suyas, cuestión de gustos.
ResponderEliminarEL HOMBRE DEL CAFÉ
Las geishas no son prostitutas.Quitaos eso de la cabeza, en Japon la prostitucion era legal antiguamente.Lo que pasa es que alli tienen otra manera diferente de entreteterse, aunque una geisha podia ser amante de un hombre rico.Son otras costumbres.
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