La muñecas sexuales de Laurie Simmons llegan a Londres.
“Laurie Simmons (Nueva York - EE UU, 1949) ha retratado muñecas durante las últimas cuatro décadas.
Empezó porque las encontró, en 1972, en una juguetería abandonada ubicada en los montes Catskills, donde ella y sus padres vivían en una comuna hippie.
Entre las existencias dejadas en la tienda había muñecas todavía envueltas en sus celofanes.
Primero se dedicó a jugar con ellas, como si fuera una niña. Luego les construyó casas de muñecas en miniatura.
Cuando se mudó a Nueva York, un año más tarde, tuvo que tomar la decisión de llevarse con ella las muñecas o dejarlas atrás. Como prefería ir ligera de equipaje, optó por abandonarlas, aunque antes, en un arranque sentimental, les hizo fotos.
Casi cuarenta años más tarde, Simmons es internacionalmente conocida por sus fotos de muñecas. Ahora está exponiendo en la Galería Wilkinson de Londres una selección de los dos extremos de su carrera: las fotos de pequeñas y toscas muñecas en decorados en miniatura de los años setenta y la de dos love dolls (muñecas sexuales) de tamaño natural y fabricadas en silicona con las que convive desde 2009.
La artista inició la serie The Love Doll el mismo día en que recibió la primera muñeca que encargó a Japón (cuestan entre 4.000 y 24.000 euros según el grado de realismo). Las fotos iniciales la muestran emergiendo de la caja de cartón en que había sido franqueada.
A medida que la convivencia aumentaba, las fotos se hicieron más naturales: paseos, en la piscina, juegos... El año pasado Simmons encargó una segunda muñeca y empezó a construir una casa de tamaño real para que fuese la residencia de la pareja, que cada vez aparece en las fotos con más confort y comodidad.
Aunque las love dolls son un complemento sexual en la mayoría de los casos y su uso se remonta al siglo XVII, Simmons sólo las utiliza como extensiones fantasmales del ser humano para jugar a sutiles proyecciones sicológicas.
Simmons forma parte de la llamada Pictures Generation (Generación de las Fotos), que a través de un lenguaje minimalista reflexiona sobre las relaciones personales y de las personas con su hábitat”
Al leer esta noticia me quedé impresionada, en primero lugar por la perfección de las muñecas que son bellísimas y segundo por el trabajo de esta mujer. Nunca me pasaría por mi cabeza que habría una fotógrafa que se dedicara a fotografiar muñecas sexuales.
Cuando llegué al Café me senté en la mesa del “Hombre del Café” en la terraza. Estaba una mañana estupenda, la primera mañana de verano.
Fue mi amigo que me dio el periódico donde venía esta noticia y mientras estaba leyendo se despidió porque tenía que hacer algo que no entendí y ni me dio tiempo de comentar esta noticia.
la verdad es que estas muñecas dan miedo, parece que en cuakquier momento vayan a cobrar vida. PERO SON SÓLO ESO, MUÑECAS.
ResponderEliminarEL HOMBRE DEL CAFÉ
Impresionante !!! tienen un aspecto tan real que parece que cobrarán vida en un momento.
ResponderEliminarSimmons las utiliza para un fin fotográfico, pero hay quien las utiliza como sustitutivo de las relaciones humanas.. y eso es lo peligroso. Ese punto de locura donde muchas veces no hay vuelta atrás.
UN besazo mi querida Flor.