A Brasileira |
Estaba casi saliendo de mi casa, toco mi teléfono.
Era el “Hombre del Café” diciéndome que el Café estaba hoy cerrado todo el día porque había pasado a la primera hora la fiscalización y no había aprobado la instalación del aparato para la extracción de los humos. Ya habían llamado los técnicos y seguramente mañana ya abrían de nuevo.
De paso mi amigo me preguntó si yo tenía la tarde libre y si yo quería acompañarle al Chiado porque quería ver y comprar unos libros y le habían dicho que allí los encontraría.
Así quedamos de encontrarnos a las 3 horas de la tarde cerca del Metro y yo le invité a tomar un café en A Brasileira y íbamos “saludar” a Fernando Pessoa. Él empezó a reir, creo que no entendio a que yo me refería...
Fernando Pessoa y A Brasileira |
Hermosísimo café, una auténtica joya a conservar, y además pude ver a Don Fernando. Que más se puede pedir.
ResponderEliminarEl Hombre del café
Qué recuerdos me has traído, Flor.
ResponderEliminarA Brasileira es un establecimiento con encanto, allá al fondo del local me instalé con mis hermanos a tomar nuestro cafetito. Cuando salimos saludamos a D. Fernando, que parece vigilar a todos los que entran y salen y pasean por ese delicioso lugar.
Um beijo
¡Qué belleza de lugar! ¡cuántas historia encierran sus paredes!
ResponderEliminarY Fernando Pessoa dando la bienvenida.
¿Qué más se puede pedir?
Besos.
Que bello lugar, cuantas historias deben encerrar sus paredes, ojalá un día pueda visitarlo, mientras tanto gracias por acercarnoslo Flor. Un beso
ResponderEliminarSupongo que debe ser un café espectacular, tal vez algún día uno nunca sabe disculpa mi ausencia he estado francamente hiper-ocupada un beso
ResponderEliminarFlor te sigo estoy estaré
mencantaría visitar este cafi!! sobre todo al lado de una persona como pessao mirando el mundo!!
ResponderEliminarUn abraz!!